Rubén Darío, fue un poeta nicaragüense que dejo por alto la literatura hispana. Su controversial vida personal no disminuyó su gran legado como padre del Modernismo en lengua española, imposible negar la gran contribución que realizaría el artista en la poesía.
Biografía de Rubén Darío
Félix Rubén García Sarmiento mejor conocido como Rubén Darío, nació en la población de San Pedro de Metapa, Nicaragua el 18 de enero de 1867. Su padre fue Manuel García y su madre, Rosa Sarmiento, su crianza quedó en manos de su abuela luego de la desunión de sus padres. Su nombre artístico proviene de la familia del padre, a quienes apellidaban Darío y que más tarde adoptaría dicho alias.
En 1881 viajó a Managua, lugar en el que inicia labores como secretario en la Biblioteca Nacional, ya por esta época se le conocía como “el niño poeta”; además tras vivir bajo el techo del doctor Modesto Barios, comenzó a relacionarse con la sociedad literaria a través de tertulias y reuniones.
Un año más tarde, ya siendo un adolescente de quince años, se enamora de Rosario Emelina Murillo, con quién quería entablar matrimonio, sin embargo sus amistades y su familia, buscan la manera de persuadirlo para que desista de la idea y al no lograrlo lo embarcaron para el Salvador. Meses después regresa a Managua y renueva su relación con Rosario, con quien no dura mucho tiempo y toma la decisión de abandonar el país. (ver artículo: Joan Miró)
En 1886 cuando contaba con la edad de 19 años, Rubén Darío se trasladó a Santiago de Chile, dos años más tarde, en la capital chilena, publicó su primera gran obra bautizada Azul, 1888, la cual causó mucha curiosidad a la crítica.
De vuelta en Managua Darío conoció a Rafaela Contreras Cañas, con quien se casó el 21 junio de 1890, un año y tres meses después se convertiría en la madre de su primer hijo, lamentablemente ella muere en 1893 por complicaciones en una intervención quirúrgica.
Más adelante contrae matrimonio con Rosario Murillo de manera obligada por parte la familia Murillo, quienes lo acusaron de haber faltado al honor de aquella joven, a pesar que él lo negó. Viajaron a Argentina, a la espera de un hijo, sin embargo, mientras el escritor ejerce funciones en el consulado de Colombia, nació su segundo hijo Darío Darío, sin embargo el pequeño muere de tétano al mes y medio de haber nacido. (ver artículo: Bruce Lee)
En el año 1892, Darío representó al Gobierno de Nicaragua en España, en los actos de conmemoración por los cuatrocientos años desde el descubrimiento de América. Luego de recorrer varios países, vivió en Buenos Aires, Argentina, allí realizó trabajos para el periódico La Nación.
Nuevamente viajó a España, para trabajar de corresponsal con el fin de cubrir la Guerra Hispano-Estadounidense, residió intermitentemente entre París y Madrid. En este período conoció a Francisca Sánchez, mujer de ascendencia campesina con quien contrajo nupcias por civil y con tuvo 4 hijos, sólo uno de ellos sobrevivió la infancia, Rubén Darío Sánchez; ella se convertiría en su pareja de vida.
Debido a su origen humilde, Francisca no sabía leer ni escribir, poco tiempo después, ya establecidos en Francia, aprendería gracias a las enseñanzas de Rubén junto con Amado Nervo y Manuel Machado, A pesar de que la presentaba ante sus amistades, aún no podía hacerlo en eventos oficiales como su cónyuge, ya que estaba aún en tramites su divorcio con Rosario Murillo.
Esta última se negó a separarse de Darío, por lo que en 1907 se apersonó en Franca para imponer su derecho como esposa, los intentos del poeta por persuadirla fracasaron. Viajó de regreso a Nicaragua con la intención de concretar el divorcio, hecho que no pudo lograr.
En 1907 fue elegido para representar diplomáticamente el gobierno de Nicaragua en Madrid, ya para esta época era reconocido como un gran poeta, gracias a sus obras.
Resumiendo los inicios de su vida artística, cabe destacar que sus primeros poemas parten de la unión entre dos corrientes literarias, el tradicionalismo y el romanticismo, como ejemplo de ello se tiene Abrojos publicada en 1887 y Canto épico a las glorias de Chile, publicado en 1888, año en el que también publicó Azul, obra que se divide en 4 partes llamadas, Primaveral, Estival, Autumnal e Invernal.
Gracias a Azul es nombrado como el autor del modernismo, los especialistas lo reseñan como el responsable de instaurar un nuevo período en la poesía hispana. En París se ve influenciado por las corrientes parnasianas y simbolistas, dejando de atrás el provincialismo y encaminándose en obras más universales y relata asuntos cotidianos mediante recursos simbólicos herméticos.
Se desenvuelve nuevamente en temas idílicos como se refleja en su escrito Prosas profanas. A Darío se le conocería como el creador de poemas de nivel elevado y refinado, sumando en sus narrativas variados elementos de carácter decorativo y rítmico, así se denota en Cantos de vida y esperanza, 1905. (ver artículo: Pedro Infante)
Darío abandona sus funciones con la delegación gubernamental de Nicaragua y reside definitivamente en París, dedicándose a la escritura de sus libros, en este entonces escribió Canto a la Argentina, obra solicitada por el diario La Nación. Ya su adicción al alcohol le provocaba fuertes problemas en su organismo tanto física como psicológicamente, presentaba intervalos de gran entusiasmo y otros de obsesión perturbadora con el concepto de la muerte.
En 1810 se trasladó a México para participar, en nombre del gobierno de Nicaragua, en la conmemoración de la emancipación del yugo español en aquel país. Pero, en el país estaba establecida la dictadura de Porfirio Díaz, quién le negó la entrada a Darío por diferencias políticas entre ambas naciones. A pesar de ello, la población mexica, apoyó a Darío y realizó manifestaciones a su favor y contra el dictador; según el poeta dichas demostraciones fueron el inicio de la revolución mexicana.
Luego de este hecho, Darío se dirigió a La Habana, lugar en el que intentó quitarse la vida debido a las efectos de su alcoholismo. En 1910 viajó a París, continuando sus labores como corresponsal de La Nación y ejecutó una tarea para el Ministerio de Instrucción Pública de México, que quizás le fue otorgado para compensar el mal rato que había pasado en dicho país. (ver artículo: Frida Kahlo)
En 1912 dirigió las revistas Mundial y Elegancia por petición de los hermanos Rubén y Alfredo Guido, originarios de Uruguay. Realizó una jornada promocional de las revistas por varios países de Latinoamérica, dentro de las principales ciudades que visitó están Río de Janeiro, São Paulo, Montevideo y la capital de Argentina, Buenos Aires. Durante este período publicó La vida de Rubén Darío, obra autobiográfica, e Historias de mis libros.
Una vez terminado su recorrido por América Latina y separándose de los hermanos Guido, se dirigió de nuevo a París, cuando en 1913 se instaló en Mallorca, específicamente en la cartuja de Valldemosa, es esta región española inició su escrito El oro de Mallorca, una especie de narración de su propia vida pero con un estilo novelesco. Cada vez más se notaba mayor desgaste en su salud mental, a raíz de su problema con la bebida. De vuelta en Barcelona, se alojó en la casa del expresidente nicaragüense, Zelaya.
Desde París, 1914, le exigió a los hermanos Guidos, quienes aún no le habían pagado sus honorarios por completo, que le pagasen, esta conflictiva petición se extendió por un buen tiempo. En mayo de 1914 publicó su último legado poético de relevancia llamado Canto a la Argentina y otros poemas. Ya entonces su salud era bastante pobre, padecía de delirios y su obsesión con la idea de la muerte era patológica.
Tras el estallido de la I Guerra Mundial, se dirigió a América, con la intención de defender una ideología de paz en las naciones americanas y oponerse a toda clase de actos violentos o de enfrentamientos armados. Francis quedó sola con sus dos hijos sobrevivientes, a quienes tiempo después los atrapó la miseria. El 7 de enero de 1916 llegó a León, poblado donde vivió su infancia, casi un mes más tarde fallece, la fecha oficial de su muerte es el 6 de febrero de 1916. (ver artículo: Ramsés II)
En honra a su memoria, se realizaron actos funerarios cuya duración fue de varios días, dirigidos por el Obispo de León Simeón Pereira y Castellón y el presidente del momento Adolfo Díaz Recinos. Fue enterrado siete días después en la Catedral de León, junto a la figura de San Pablo, bajo la escultura de un león de hormigón y cal, realizado por el artista colombiano Jorge Cordonero, obra que se parece.
Características de Rubén Darío
Las características más resaltantes de la vida de Rubén Darío inician a sus tres años, cuando aprendió a leer en el año de 1870. En 1880 por primera vez salió a la luz en un diario, con su verso Una lágrima. En 1881 se instaló en Managua, en donde trabajó como periodista. En su estadía en Chile Publicó su más famosa obra denominada Azul, ejerció funciones como cónsul de Colombia en Argentina en 1893, donde además trabajó en varios periódicos en dicho país.
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En 1896 publicó otras obras literarias de gran renombre Los raros y Prosas profanas y otros poemas, dos años después viajó a España en donde funge como corresponsal del diario La Nación. En 1900 se residencia en París, capital de Francia, en donde le fue otorgado el nombramiento de cónsul nicaragüense en 1903. (ver artículo: Osama Bin Laden)
En su vida personal, también tenia mucha inestabilidad. Su esposa habia muerto en el año 1893 y ese mismo año contajo nupcias con Rosario Murillo. Estando en Madrid, España comienza una relación amorosa con Francisca Sánchez del Pozo, mientras estaba casado con Rosario. Con Francisca tuvo cuatro hijos, pero sólo uno, Rubén Darío Sánchez, sobrevivió más allá de la infancia.
Tuvo una vida llena de excesos, alcohol, encuentros casuales y libertinaje. Por muchos años batalló contra su mayor adicción, el alcoholismo, enfermedad que fue deteriorando su salud tanto física como mental, hasta sus últimos días, cuando cae enfermo de gravedad en 1916 y muere a sus 49 años en su ciudad de origen.
Más allá de su vida íntima y de su precoz fallecimiento, es reconocido como el padre del modernismo, fue un gran representante de la literatura hispana.
Poemas de Rubén Darío
Rubén Darío se formó poéticamente sobre la bases de la poesía francesa, primordialmente en estilo romántico, en espacial las obras de Víctor Hugo. Sin embargo, tiempo después comienza a desarrollar un estilo parnasiano, movimiento literario que surge como reacción contra el romanticismo de Víctor Hugo, el subjetivismo y el realismo literario, representado principalmente por los escritores Théophile Gautier, Leconte de Lisle, Catulle Mendès y José María de Heredia.
Más adelante culmina de formar su estilo poético gracias a otro movimiento surgido del cansancio del realismo, el simbolismo, y desde la admiración que le tenía a los que Darío consideraba, máximos exponentes de dicha corriente: Edgar Allan Poe, Villiers de l’Isle Adam, Léon Bloy, Paul Verlaine, Lautréamont, Eugénio de Castro y José Martí. (ver artículo: William Shakespieare)
En homenaje a los mencionados artistas realizó su libro Los raros, publicado en 1896, año en el que editó Prosas profanas, escrito con la misma intención del primero. Cabe destacar que el único autor hispanohablante presente en las obras fue José Martí.
El dominio la poética francesa se percibe claramente, en donde el propio Daró exclama que el Modernismo, no es más que aquella poesía y verso en lengua española, refinado mediante la buena poesía y el estilizado verso francés.
Aun así, la prosa en lengua española tuvo gran importancia en el contenido y en la formación del género de sus obras. Apartando su primera etapa en el mudo literario, es decir antes de la publicación de Azul, misma en la que sus poemas son deudores de los reconocidos personajes representativos de la poesía española del siglo diecinueve, como lo fue Núñez de Arce y Ramón de Campoamor, además Rubén fue un gran adepto de Gustavo Adolfo Bécquer.
La temática española es muy concurrente en sus creaciones, se logra distinguir en Prosas profanas, y se hace aún más notorio luego de su primer regreso a España en el año de 1899. Realzando el ambiente e historia de lo español, plasma en sus escritos constantemente personajes y elementos de otras épocas anteriores, pues él consideraba que el aspecto político y artístico habías decaído en gran medida, opinión que compartía con la denominada generación del 98 española.
En relación a esta preocupación realizó «Letanía de nuestro señor Don Quijote», poema que se encuentra en Cantos de vida y esperanza, publicado el 1905, exaltando aquel ideal que no correspondía con la realidad de Don Quijote. (ver artículo: Francisco Franco)
Es debido mencionar que dentro de los artística por los que Darío sentía gran admiraciones, y que pertenecían a lenguas anglosajonas están, Emerson, Poe y Whitman, los tres nativos de Estados Unidos.
La obra literaria con la que oficialmente nace el modernismo hispano fue Azul publicada en 1888, en esta escribe una serie de relatos utilizando los recursos literarios para transformarlos en poemas, los cuales presentan variación en la métrica lo que causa curiosidad en la crítica.
Aquí ya demuestra sus preocupaciones y disgusto con la clase burguesa, como ejemplo se encuentra El rey burgués. Dos años más tarde realizó la segunda edición de Azul, añadiendo más textos, incluyendo una variedad de sonetos en alejandrino.
La publicación de su obra poética Prosas profanas y otros poemas, instaura definitiva y plenamente la corriente del modernismo, aglomeración de varios escritos poéticos en las que se nota el elemento erótico, el cual cobró mayor relevancia, a su vez la temática esotérica adquiere más presencia, como se ve reflejado en el extenso poema llamado “Coloquio de los centauros”
A través de una tendencia de mayor intimidad y reflexión, en comparación con todas sus obras, se encuentra la publicación de Cantos de vida y esperanza en 1905, a la misma vez que mantiene las características y temas que han conformado su identidad literaria correspondiente al modernismo.
A su vez Rubén Darío tuvo una faceta menos conocida, la de peta social y cívico, en algunas ocasiones eran peticiones y en otras por complacer sus gustos, realizó poemas para resaltar las hazañas heroicas y situaciones nacionales, donde también realizó críticas y denuncias de los padecimientos de los social y lo político, por lo que aparece en su obra la nombrada poesía cívica, con ejemplos como “A Roosevelt», donde plasma la confianza en el poder de sobrevivencia de la cultura latinoamericana ante el imperialismo estadunidense, época en la que gobernaba el entonces presidente de EEUU Theodore Roosevelt.
En otro escrito se encuentra “Los cisnes”, el cual pertenece al mismo libro Cantos de vida y esperanza, Darío muestra su inquietante opinión sobre el porvenir de la cultura hispanoamericana en relación al dominio de la cultura norteamericana, una tendencia que se fortalece en El canto errante y Canto a la Argentina y otros poemas, publicado en 1907 y 1914 respectivamente. La inclinación a lo íntimo se demuestra, en Poema del otoño y otros poemas, en donde se contempla la sencillez de la narrativa.
Muchas de las obras de Rubén Darío fueron recopilados de manera póstuma, muchos de sis poemas fueron publicados solamente en periódicos y diarios. Alguno de estos escritos formas parte fundamental del desarrollo poético del célebre personaje, como ejemplo se encuentra Los motivos del lobo encontrado en 1913, transcurridos 3 años desde su fallecimiento, en el Mundial Magazine, en el que se denota su período de madurez y está fundamentado en el capítulo once de las Florecillas de San Francisco. (ver artículo: Herotodo)
Rubén Darío y el Modernismo
En gran medida Rubén Darío es considerado como el padre y creador del modernismo hispano, lo que es cierto a modo general, sin embargo ya para la época en la que salió a la luz su gran obra el libro Azul,1888, escrito del cual se considera fue el inicio de dicha movimiento literario, existían en el mundo de las letras hispánicas autores como José Santos Chocano, José Martí, Salvador Díaz Mirón, Manuel Gutiérrez Nájera, entre otros, que ya habían realizado incursiones de manera tímida en el modernismo.
Aun así, es imposible negar que Rubén Darío sea el representante de mayor influencia de la poesía modernista, y el que obtuvo mayor reconocimiento, mientras estaba vivo y posterior a su muerte. Se legado ha sido honrado por numerosos artistas de las letras, tanto en Europa como en el continente americano.
Cabe resaltar que ha influido de manera permanente en el proceder de la poesía de lengua española, debido a su originalidad e innovación en la creación de estilos emblemáticos del modernismo, ejemplo de ello es el adaptar la métrica española del alejandrino francés.
Asimismo, se le reconoce por ser el primer modernista, que conjugó elementos innovadores del movimiento mediante una poesía coherente. El propio poeta tenía claro este hecho, como se demuestra en el “Prefacio” perteneciente a Cantos de vida y esperanza, donde se refiere a su responsabilidad por haber iniciado un movimiento libertario en América, a pesar que en las “Palabras liminares” escrita en Prosas profanas había declarado que su poesía no debía marcarle el camino a las otras. Muchos artistas se vieron influenciados por las obras darianas, el mexicano Manuel Gutiérrez Nájera creó la Revista Azul, que evidentemente se muestra como un reconocimiento a Darío.
En el continente europeo, específicamente España, se funda una agrupación de escritores de tendencia modernista, inspirados por las obras de Darío, de dicho grupo salió Antonio Machado, Ramón del Valle-Inclán y Juan Ramón Jiménez, entre otros destacados del medio. A su vez causó especial radicación en poetas de lengua española en varios países suramericanos, en donde la literatura forma parte escencial de la cultura, como es el caso cubano, chileno, peruano y argentino. (ver artículo: Julio César)
Rubén Darío Azul
Se considera el primer libro modernista de Darío, está integrado por poemas y cuentos en forma de prosa y poesía, fue publicado por primera vez en 1888 y se considera una de las obras de mayor importancia del escritor nicaragüense. Condensa atractivos poemas de Darío mientras estaba residenciado en Chile. El título del libre, viene a raíz dela interpretación que tenía del color azul, el cual representaba el color de los sueños, el tono que tiene lo artístico, lo heleno, lo heroico, lo épico, color del mar y del firmamento.
Como bien se dijo, en este libro se encuentra la innovación modernista, aunque la renovación está más dirigida a la prosa, Azul se configura como la iniciación en otro estilo y apertura a su experimentación. Dentro de la poesía, hace uso de varios recurso como la estrofa y la métrica, pero se nota la relevancia que le dio a lo alejandrino.
Como lo hizo en otras obras, es notoria la temática del culturalismo, donde realiza muchas reseñas de la mitología griega, la mera en la que describe es magnífica y plasma gran variedad de adjetivos que enaltece la belleza y la naturaleza domesticada, es decir, lo referente a flores y floreros, jardineras, entre otras.
Se logra identificar con facilidad el dominio del movimiento postromántico francés, denominado parnasianismo, eludiendo la realidad social de su época y cobijándose en lo antiguo, llamativo y distinguido.
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Obras de Rubén Darío
Las obras más destacadas del gran poeta modernista, entre muchas otras, se muestran continuación:
Azul.
Esta gran obra se publicó primeramente el 30 de julio de 1888. En 1890, apareció la segunda edición en Guatemala, corregida y aumentada.
Los Raros
Publicado en 1896, en este libro se recopilan diversos escritos de autores por los que Darío sentía gran admiración
Prosas Profanas
Prosas Profanas y otros poemas se realiza en dos ediciones. La primera es publicada en Buenos Aires en 1896 y se salió en 1901.
España contemporánea
Publicado en el año 1907. En esta obra plasma su opinión sobre el país en donde se estableció por un buen tiempo, dando su versión positiva y negativa de aquellas tierras.
Cantos de vida y esperanza
Este libro recopila los poemas publicados en una serie de periódicos entre 1892 y 1905. Por medio de esta obra contribuye enormemente en la poesía de habla hispana, donde relata episodios íntimos y desviación de la felicidad.
El canto errante
El canto errante es publicado en 1907, en esta obra abre camino a una poesía sobria y coloquial, donde comienza a quebrantar lo establecido.
La vida de Rubén Darío escrita por él mismo
Su primera aparición se fue en el semanario Caras y Caretas de Argentina, la autobiografía se publicó por segmentos desde septiembre de 1912 hasta noviembre del mismo año. En 1915 salió a la luz la primera edición del libro, recopilando el texto publicado en la revista, más un capítulo final.
Frases de Rubén Darío
Frases mas memorables de Ruben Darío:
“Eres un universo de universos y tu alma una fuente de canciones”
“No dejes apagar el entusiasmo, virtud tan valiosa como necesaria; trabaja, aspira, tiende siempre hacia la altura”
“Y cuando la montaña de la vida nos sea dura y larga y alta y llena de abismos, amar la inmensidad que es de amor encendida ¡y arder en la fusión de nuestros pechos mismos!”
“Si pequeña es la patria, uno grande la sueña”
“El libro es fuerza, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor.”
“Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver! Cuando quiero llorar, no lloro… y a veces lloro sin querer”
“Dichoso el árbol que es apenas sensitivo, y más la piedra dura, porque ésa ya no siente, pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo, ni mayor pesadumbre que la vida consciente”
“Este axioma a todas horas habrás de meditar, la ciencia de vivir es el arte de amar”
