Miguel de Unamuno, fue un notable y brillante escritor de la “Generación del 98” (1898). Doctorado en Filosofía y Letras de la Universidad de Madrid. De procedencia y lengua euskera, considerada la lengua viva más antigua de Europa. Autor de importantes libros, novelas, ensayos, poemas y obras teatrales.
Obras de Miguel de Unamuno
Miguel de Unamuno manejó diversidad de géneros, novelas, ensayos, críticas literarias, poesías, aforismos y teatro. Aun así se destaca su unidad temática y el componente confesional, muy marcado en sus novelas Abel Sánchez y El Cancionero. Quiso mostrar al hombre como lo que es, un ser de carne y hueso, que siente, padece, goza, vive, no como un abstracto, que ante la negación de morir, siente la vida como una tragedia.
La obra literaria de Unamuno
Su obra no cabe en estándares ni parámetros conocidos. Inventó un nuevo género, la “nívola” en vez de novela, siendo utilizado en “Niebla” (1914). En ella entabla un diálogo entre el autor y el protagonista de la obra. En “Abel Sánchez” (1917), establece una dialéctica entre Caín y Abel, el envidiado y el envidioso, en el que demuestra que ambos se necesitan.
No hay víctimas y verdugos, sólo que todos tenemos dentro de nosotros a un Caín y a un Abel, con una lucha trágica. Unamuno sugiere como respuestas a esta tragedia, la caridad y el perdón.
Siguiendo su versión y visión de la vida, sus personajes son muy problemáticos y a la vez víctimas de sus pasiones, sus comportamientos, regulados por una sociedad, que no se mide ante la libertad, el destino, la imaginación y la conciencia.
Por estar Unamuno asociado a la Generación del 98’, su obra literaria se rige por las características que surgieron con este movimiento.
Entre ellas están: el lenguaje se volvió más directo y preciso; las tramas se basaron en la situación de España y la necesidad de rescatar al país; los escritores o autores de esa corriente, eran por lo general, personas de fuerte personalidad y sobre todo muy individualistas. Unamuno fue uno de los miembros más destacados de esta generación y se hizo sentir en la primera mitad del siglo XX.
San Manuel Bueno, mártir
En su novela “San Manuel Bueno, mártir” (1931), se enfoca en la inmortalidad y la fe. Sus grandes obsesiones. Narra la historia de un cura que pierde la fe y esperanza, pero contra esto se convierte en ejemplo de caridad, luchando con la razón y la fe . Unamuno contrasta la verdad trágica con la felicidad ilusoria, desviándose hacia la felicidad, a diferencia de sus anteriores obras.
El lugar escogido por Unamuno para esta obra es un pueblito ficticio, al que llamó Valverde de Lucerna, el cual proviene de un paseo que hizo una vez a San Martín de Castañeda, en Zamora, junto al lago de Sanabria. Fue tal realismo que le dio, que fue también inspiración para uno de sus poemas, aquí un extracto del mismo:
-
- Ay, Valverde de Lucerna,
- hez del lago de Sanabria,
- no hay leyenda que dé cabria
- de sacarte a luz moderna.
-
- Se queja en vano tu bronce
- en la noche de San Juan,
- tus hornos dieron su pan,
- la historia se está en su gonce.
-
- Servir de pasto a las truchas
- es, aun muerto, amargo trago;
- se muere Riba del Lago,
- orilla de nuestras luchas.
Vida de Don Quijote y Sancho (1905)
Tomando a los personajes de la valiosa obra de Miguel de Cervantes, “Don Quijote”, Unamuno se lució con este ensayo, que está considerado como de gran valor filosófico y literario. Le da una vida a Quijote, llena de espiritualidad y fe, con la que trata de convencer también a Sancho. Recrea situaciones en una España actual, la que está viviendo Unamuno, y para ello usa a Quijote con sus divertidas locuras, para que se enfrente y utilice el sentido común.
En esta obra confrontó a los dos personajes, representando en ellos, la tensión existente, uno era imagen de la realidad y la razón, y el otro, la ficción y la locura, objetivo de Cervantes al crear estos personajes, que eran, según él, la unidad de la vida y la aspiración a la inmortalidad.
Quiso plasmar su realidad vivencial en esta obra, por lo que trasladó la crisis que se estaba viviendo en España, sobre la teoría de la europeización, defendida por él en anteriores libros, sugiriendo ahora, españolizar a Europa.
Abel Sánchez (1917)
Esta novela tuvo una segunda edición en 1928. En ella utilizó un estilo narrativo más realista que el utilizado en Amor y Pedagogía (1902) y Niebla (1913), retomándolo desde Paz en la Guerra (1897) pero esta vez buscando nuevas formas de expresión y conocer a fondo lo íntimo de los personajes.
Es calificada como una novela confesional, es decir, transmite los sentimientos, pensamientos y pasiones de los personajes de forma más directa y planificada, utilizando voces creíbles en ellos.
Este tipo de novelas deja a un lado la trama principal de los hechos narrados, por el contrario, se centra en analizar el interior de cada personaje. Es por eso que en Abel Sánchez, se cuenta la tragedia vivida por Caín y Abel, pero de forma secundaria, enfocándose más bien en la agonía vivida por el protagonista.
La Niebla (1914)
Es una de las obras de ficción más resaltantes del escritor. Consiste en treinta y tres capítulos, un prólogo, post-prólogo y epílogo, llamando la atención de que quien escribe el prólogo es un amigo del protagonista, Augusto; el post-prólogo lo escribe Unamuno y el epílogo, Orfeo, su perro.
Se trata de la inseguridad sentida por el hombre moderno, ante el destino y la mortalidad. Tal como lo refleja en su título, hay una línea entre la realidad y la ficción, igual ocurre con los personajes de la historia, le da un ambiente nebuloso, en las características físicas y lugares, que hace hasta dudar de la existencia de los mismos.
Hay tan poca descripción de los mismos, que no se ve a ciencia cierta dónde ni cuándo ocurren los hechos, ni qué aspecto tienen los protagonistas. Esta es una característica de la ficción de Unamuno y de los modernistas.
En la novela se abordan temas como la inmortalidad, los dilemas existenciales, las indecisiones, el existencialismo, la igualdad de la mujer, la metaficción y la ficción. Todo se conjuga para dar a conocer al ser humano, que duda de si existe o no, entrando el propio autor a definir la situación.
La tía Tula (1921)
Esta novela cuenta la historia de una mujer de carácter fuerte, quien la vida le destina al cuidado de sus sobrinos huérfanos y al dilema de unirse al esposo de su hermana fallecida, por reconocer, más adelante, que le temía a los hombres. Enfrentó la crianza y educación con sus valores espirituales y morales, de sus tres sobrinos más dos hijos que tuvo el protagonista con la muchacha de servicio, tras ser rechazado por Tula.
Gertrudis, la “tía Tula”, no congeniaba con el matrimonio, ni con el sexo. Le parecía algo sucio, morboso, pero esta condición no la convertía en una mujer frívola, al contrario, era de temperamento ardiente, en lo espiritual y afectivo. Sentía gran devoción por la Santa Teresa de Jesús, quien arropaba el amor de Dios y el amor a Dios. Amar a Dios es estar al pie de la Cruz, cuidar y atender a los hijos, a los enfermos, los moribundos.
Esta obra le da a la maternidad otra visión más trágica. No asociaba el amor con el alumbramiento y el cuidado de una nueva vida con la felicidad. Al convertirse en la tía Tula, de su sobrino Ramiro, refuerza su instinto maternal, que nadie cuestionó.
Recreada en un ambiente doméstico, de fuerte inclinación religiosa, con los dramas y conflictos psicológicos de cada uno de los personajes.
Paz en la guerra (1897)
Fue la primera novela escrita y publicada de Miguel de Unamuno. En ella se entremezclan vivencias de su niñez y los episodios vividos en la crisis del pueblo vasco. Su principal trama está basada en los hechos ocurridos en Bilbao, en 1874, durante la última guerra carlista, de los cuales fue testigo un muy joven Unamuno y marcó su visión de vida y la necesidad de contarlos en sus libros.
Unamuno había escrito varios artículos antes de publicar esta novela. En ellos demostraba su interés por la situación política de España, sobre todo de tipo socialista, al leer los que publicaba en el periódico La lucha de clases y todo lo que tuviera que ver con el destino de su ciudad natal, Bilbao, aun cuando viviera en Salamanca.
Paz en la Guerra, libro del que se enorgullece debido a que fue basado en hechos reales, es una especie de novela histórica, con material recopilado por más de diez años, consistentes en retazos de artículos, recuerdos, testimonios orales y fragmentos de libros escritos sobre los hechos. Le añade los elementos sensibles de los testigos de la guerra, lo que hace del libro, también una novela.
Amor y Pedagogía (1902)
Es una novela si se quiere satírica y burlona, de quince capítulos, con números romanos, subdivididos en escenas, separadas por asteriscos. Aquí se combinan lo humorístico y lo serio, los personajes son víctimas de su propio fanatismo.
En 1934, salió su segunda edición, en la que hace una reflexión sobre las “nivolas” y agrega un apéndice, considerado como grotesco, sobre el sexo en las pajaritas. Como novedad en esta novela está que Unamuno integró el prólogo, el epílogo, los apéndices y el ensayo dentro de la narración.
En ella se desconoce el tiempo, el espacio y el pasado de los personajes, salieron, como quien dice, de la nada. Cuenta la historia de Don Avito y Don Fulgencio, el primero apasionado por la ciencia y la pedagogía, enfrascado en crear un genio. El segundo, hombre mayor, con características de filósofo, en chancletas, que se mueve entre el amor y la pedagogía.
Don Avito le encarga la educación de su hijo a Don Fulgencio, con la firme convicción de que éste lo convertirá en un genio. Unamuno lo convierte en el autor del Tratado de la Cocotología.
El amor entra en escena con el personaje de la esposa de Don Avito, totalmente opuesta a su marido, representa la vida, la pasión y la traición. Al final, el amor predomina en las diatribas entre la ciencia y la pedagogía, utilizadas para darle vida al proyecto de Don Avito.
Del sentimiento trágico de la vida (1912)
Entre febrero y junio de 1895, Unamuno publicó cinco artículos en la revista “La España Moderna”, estos fueron recopilados en una sola obra, “Del sentimiento trágico de la vida”, en cuyo prólogo explica el objetivo del autor, hacer conocer la situación por la que atravesaba España durante siete años en los que escribió dichos artículos.
Es la paradoja entre vivir y conocer. Todo lo que es vital es antirracional, no sólo irracional y lo racional, antivital. En este libro explica que la razón como el sentimiento, son los que definen al individuo.
Contiene doce capítulos y trescientas veintinueve páginas, en los que va desgranando el tema, con el problema presentado, hasta el último capítulo donde se desencadena la muerte. Ese era el problema, el sentimiento trágico de la vida. Cita muchos filósofos que hacen un poco confusa la lectura. Hace alusión a Don Quijote, como ejemplo a seguir, por basar su fe en la incertidumbre, ya que el hombre vive en un eterno antagonismo entre el corazón y la razón.
La agonía del cristianismo (1924)
Este ensayo fue escrito en francés, en 1924, pero fue traducido y publicado en español en 1931. La primera traducción en francés fue obra de Jean Cassou, mientras el autor estaba exiliado en París. En él Unamuno choca con su yo interior, volviéndolo escéptico, polémico y hasta agónico, en un diálogo consigo mismo, pero no como resignado a la muerte, sino luchando por mantenerse vivo.
Le da un toque religioso, retomando ciertos principios católicos y criticando la descristianización del mundo.(Ver artículo: Teresa de Calcuta)
Con esta obra quiere explorar al cristianismo como una realidad histórica que se resigna a morir, está en agonía desde sus inicios hasta la actualidad. Se basa en “El problema de Jesús y los orígenes del Cristianismo” de P.L. Couchoud, quien teoriza la vida de Jesús en forma histórica y no mítica. Este autor fue quien sugirió el nombre para este ensayo de Unamuno.
Propone el autor que el sufijo “ismo” debería ser cambiado en la palabra “cristianismo”, por “cristiandad” o “cristidad”, que son más inherentes a la cualidad de ser cristiano (cristiandad) y ser como Cristo (cristidad). (Ver artículo: Juan Pablo II)
Miguel de Unamuno. Epistolario I (1881-1899)
Este compendio de epístolas, recoge 303 cartas, de las cuales 60 están parcial o íntegramente inéditas, que desnudan la personalidad, las aficiones, las preocupaciones y el pensamiento político y social de Miguel de Unamuno. Publicado este primer volumen en el año 2009. Abarcan los últimos veinte años del siglo XIX, en orden cronológico.
Hay de todo tipo, cartas privadas y públicas, ficticias, borradores, postales, administrativas. Unamuno mantuvo correspondencia con lo más selecto de la vida cultural y política de su época. Fueron tantas y muchísimas cartas, que el mismo autor se consideraba enfermo de “epistolomanía”.
Todas llevan un denominador común, su crecimiento a través de los años, desde que simpatizaba con los pensamientos dominantes de la España de fines de siglo, hasta adquirir un status moral e intelectual reconocido, que va de la mano con la historia española: la guerra carlista, anarquismo y procesos de Montjuic (juicio militar 1896), la guerra de Cuba, consecuencias…
¿Qué revelan sus cartas?
Algunas de estas cartas delatan su crisis espiritual, la angustia por el porvenir de su familia, que las catalogan como verdaderas confesiones de su vida. Colette y Jean-Claude Rabaté fueron los autores de este primer volumen. Dijo Rabaté “…era capaz de escribir cuatro o cinco al día, y algunas muy extensas…”.
Colette Rabaté también dijo «Las cartas nos dan una idea bastante completa de sus diferentes quehaceres, de su vida, de su familia y de su acción política, ya que durante muchos años no se conoció bien su activismo político», mientras Jean-Claude criticaba su vulnerabilidad en cuanto a sus convicciones. «Primero fue socialista, pero se orientó hacia una identidad evangélica y liberal», señaló, pero siempre defendió a las clases bajas.
Se estima que recibió más de 20 mil cartas, de las que hay sólo 3 mil aproximadamente, de lo que se deduce que faltan más de 15 mil, tomando en cuenta que contestaba casi todas.(Ver artículo: Cicerón)
Algunas de sus cartas
Extractos de algunas de sus epístolas, referidas siempre a los eventos que estaban sucediendo en su entorno y sus angustias y pasiones:
Carta 135 a Pedro de Múgica (filólogo y músico vizcaíno) octubre de 1895:
«Lo de Cuba es sencillamente imbécil. Me alegraría tuviéramos algo con los Estados Unidos a ver si nos quitaban esas dichosas Antillas que solo sirven para daño nuestro».
Carta a Rubén Darío, mayo de 1899:
«Yo, se lo confieso, no siento la menor atracción hacia París, a la que no creo ciudad más luminosa que Londres o que Berlín. En general, me penetra poco lo francés. Desde que aprendí alemán primero e inglés después -y hace ya años-, he leído poco francés. Algún día explanaré mi hostilidad, hija de temperamento, hacia lo francés y aun hacia lo latino».
Otras obras de Miguel de Unamuno
El volumen Epistolario Inédito II (1915-1936), fue editado por Laureano Robles. Contiene 8 volúmenes, unas 8 mil páginas y alrededor de 3 mil cartas, que serán publicadas por la Universidad de Salamanca, escritas en su juventud, ya en amoríos con Concha Lizárraga, junto a notas, índices y referencias bibliográficas.
Adicional a éstos, Unamuno escribió Recuerdos de niñez y de mocedad (1908), Mi religión y otros ensayos (1910), Conversaciones y soliloquios (1911), El espejo de la muerte (1913), Tres novelas ejemplares y un prólogo (1916), En torno al casticismo (1902), Por tierras de Portugal y de España (1911), Contra esto y aquello (1912), Nada menos que todo un hombre (1916).
El Cristo de Velásquez (1920), Andanzas y visiones españolas (1922), Cómo se hace una novela (1927), Sombras de sueño (1930), Don Sandalio, jugador de ajedrez (1930), Diario Íntimo (1897), publicado en forma póstuma en 1970.
Muchas de sus obras han sido traducidas a diversos idiomas, como el francés, inglés, alemán, italiano, holandés, sueco, checo, húngaro y danés.
El Otro (1926)
Es un libro, convertido en una obra teatral, escrito en 1926 y estrenada en 1932. Está enmarcado en el teatro experimental, del que Unamuno fue uno de sus precursores en España.
Su trama y escenografía se asemejaban a la tragedia clásica griega, incluyendo un toque policíaco, bien estructurada dentro del estilo literario y filosófico del autor. Desvela los conflictos y pasiones, de índole existencial, que vivieron los personajes Cosme y Damián, que a su vez encarnan la historia de Caín y Abel, en forma subliminal, parecida a la exitosa novela “Abel Sánchez”.
Sorprendente su intelecto y como ser humano. Necesitamos personas como él y los de su generación en este momento de mediocridad en la sociedad y en los políticos principalmente, púes, la necesidad de valores e inteligencia solo pueden partir de seres excepcionales como él para superar los momentos actuales.
La vida de un personaje como Miguel De Unamuno, debe haber sido muy tormentosa, primero, por estar instalado en el centro de nuestro lenguaje y segundo, por conocer la esencia humana. Lo cual, unido a su época, le permitió tener una visión transparente del proceder de los indivíduos del planeta. Encabezado todo, por la injusticia y el egoísmo. ¡ Paz eterna a su espíritu!