La obra del escritor checo Franz Kafka, figura como el inicio de una transformación revolucionaria que experimentó la literatura europea comenzando el siglo XX. El autor de La metamorfosis, en definitiva dejó de lado el realismo para adentrarse en la narrativa parabólica y figurativa, que se compone de infinita fortuna simbólica.
Biografía
Franz Kafka nació el 3 de julio de 1883, en Praga, Imperio austrohúngaro, la familia pertenecía a la religión judía asquenazíes. Su padre fue Hermann Kafka, que nació en Wossek poblado perteneciente a Bohemia Meridional y en donde predominaba la práctica judía, proveniente de una familia de campo judía checo-hablante, cuya situación económica estaba gravemente afectada, por lo que posteriormente a cumplir funciones como representante de comercio, se trasladó a Praga en donde dirigió una empresa textil.
Por otro lado la madre de Franz Julie Löwy, quien nació en Poděbrady, provenía de una familia de habla alemana y pertenecían a un estrato burgués judeoaleman, por lo que su situación económica era prospera al igual que su educación mucho más refinada que la de su esposo; su grupo social estaba compuesto por catedráticos, profesionales del arte, ente otros.
La pareja se estableció en Praga y consecuentemente formar parte de la alta sociedad, el joven Franz Kafka tuvo cinco hermanos más, todos menores que él. Dos de sus hermanos, Georg y Heinrich, murieron prematuramente sin haber llegado al primer año de vida, cuando Franz contaba con apenas siete años de edad. Tiempo después sus tres hermanas «Elli»1889-1941, Valerie,1890-1942, y Ottilie,1892-1943, fueron trasladadas al gueto de Łódź por las fuerzas nazi que ya habían ocupado el territorio checo.
Luego Ottillie fue llevada al campo de concentración de Theresienstadt y el 7 de octubre de 1943 al campo de aniquilación de Auschwitz, en donde fue asesinada en una de las cámaras de gas el mismo día de su traslado, así como les ocurrio a más de mil trescientas personas que llegaron con ella ese día. Tanto Valerie como Elli, tuvieron un destino similar durante el Holocausto.
Desde el principio, quién se encargó de dictaminar las directrices de la educación que recibiera el joven Franz Kafka fue su padre, quién basado en sus propias vivencias sabía la importancia de recibir una educación completa y continua para afrontar las dificultades de la vida, mantuvo en todo momento un papel de autoridad, con exceso de prepotencia y poder sobre sus hijos; por lo que Julie Löwy quedó en un segundo plano a la hora de tomar decisiones en el ámbito educativo.
Desde su niñez Kafka hablaba tanto checo como alemán, al igual que una buena parte de la población de Praga en aquellos tiempos, aunado al hecho de que representaban las lenguas maternas de ambos padres. Prontamente aprendió el francés y todo lo referente a la cultura de Francia. Es conocido que entre sus escritores preferidos se encontraban Flaubert, Dickens, Cervantes y Goethe.
Inició sus estudios de primaria en la Deutsche Knabenschule en 1889, hasta 1893. A pesar que sus padres no estaban tan comprometidos con las prácticas judías, le realizaron el Bar Mitzvah a Franz quién de forma casi obligado asistía junto a su padre, al menos cuatro veces anualmente.
Entre 1893 y 1901, asistió al estricto Instituto de Enseñanzas Media Imperial Real, para recibir enseñanzas de nivel de secundaria, el mismo se encuentra dentro del Palacio Kinsky en la conocida “Plaza de la Ciudad Vieja”.
Ya finalizando su etapa adolescente se unió a la Freie Schule o “Escuela Libre”, un organismo institucional irreligiosa. En esta época se instruyó en gran medida con bibliogafí nietzscheana, darwinista y de Haeckel, sentía una real afinidad por el socialismo, principalmente lo referente al ideal de solidaridad, también se entusiasmó con el ateísmo; en general, con respecto a sus calificaciones se podría decir que era un alumno sobresaliente. Uno de sus compañeros, Oskar Pollak, se convirtió en un gran amigo pues compartían sus gustos por los conocimientos científicos naturales y la historia de las artes, esta amistad permanecería a lo largo de su vida. (ver artículo: Carlos Fuentes)
Sus primeros pasos como escritor datan de 1897, cuando tenía 14 años; a pesar de haber destruido sus escritos, logró notar el contraste de sus textos con los trabajos realizados por sus compañeros, específicamente en la formalidad de los mismos.
Luego de aprobar el examen de secundaria en 1901, inició estudios de química en la Universidad de Praga, dos semanas después abandonó la carrera; enseguida ingreso en la facultad de Historia del Arte y Filología alemana, sin embargo no continuaría en esta especialidad ya que su padre lo obligó a estudiar Abogacía. Uno de los profesores más influyentes durante su estancia en la universidad, fue su tutor de tesis Alfred Weber, quién según la opinión de Franz tenía una manera impresionante de analizar la sociedad industrial y sus riesgos. Finalmente se tituló en leyes el 18 de junio de 1906.
Durante su etapa universitaria formó parte del club Lese- und Redehalle der Deutschen Studenten, la fungía como una organización que realizaba actividades de ámbito literario y social, además promocionaba las presentaciones para el teatro judeoalemán. Con respecto a relacionarse con otros, Franz Kafka le preocupaba el hecho de causar rechazo por su aspecto físico y por su forma de ser; pero realmente ocurría todo lo contrario, pues atraía a las personas por su aspecto de infante, agraciado y sobrio, su personalidad calmada y fría, aunado a su grandiosa inteligencia y su distintivo humor. Un dato importante es que desde sus 22 años tuvo que asistir consecuentemente a hospitales debido a su debilitado cuadro de salud.
Luego de obtener el doctorado en leyes, prestó sus servicios de manera obligatoria y sin pago alguno al tribunal civil y penal, con labores en el área administrativa. Posterior a esto, ingresó con calidad de pasantías, de igual forma sin remuneración, en una empresa de italianos de seguros en accidentes del trabajo; etapa en la que empieza a escribir más seguido. En 1908 abandonó la empresa aseguradora, e inicia labores en la compañía Arbeiter-Unfall-Versicherungs-Anstalt für Königsreich Böhmen, desempeñando su cargo hasta 1922 cuando fue jubilado anticipadamente debido a la tuberculosis que padecía, la cual comenzó a aquejarle en 1917 y lo llevaría a su fallecimiento en 1924.
Este trabajo le dio la oportunidad para dedicarse a la escritura gracias a su horario bastante flexible, a pesar que el padre criticaba el hecho que sólo era un puesto para pagar gastos y nada más. En su obra se puede percibir la influencia del trabajo burocrático que tuvo que desempeñar en la compañía, el cual fue premiado con un ascenso de puesto.
Durante tres años, desde 1909 realizó diversos viajes fuera de las fronteras de Praga, como París en 1910 y 1911, este último año también viajó a Italia y Weimar en 1912.
Ya en su adultes Franz Kafka tomó conciencia de su dedicación a la escritura al escribir en 1912 El juicio en tan solo ocho horas, ya culminando el mes de noviembre del mismo año, culminó Contemplación, un libro que contempla dieciocho relatos que había escrito con anterioridad y los cuales se encontraban desperdigados en diferentes medios, la publicación de este texto le dio a conocer como escritor.
Un año más tarde redactó Consideraciones y en 1915 La metamorfosis. Posteriormente en 1917 fue diagnosticado con tuberculosis, por lo cual tuvo que pasar largos períodos en recuperación, su familia lo apoyó durante este tiempo, especialmente su hermana Ottilie, con quien tenía gustos compartidos. En 1919 terminó de escribir Un médico rural, escrito que está compuesto por catorce relatos llenos de fantasía. (ver artículo: Mark Twain)
Una de las temáticas que se encuentra presente en la extensión de su obra es la relación que mantenía con su padre, de carácter autoritario, quién prácticamente durante toda la vida de Franz Kafka lo menospreció y tiranizó. Por lo que esta conexión conflictiva del escritor con su padre fue la real procedencia de toda su obra, dicho así por el propio Kafka, resaltando Carta al padre publicado de forma póstuma.
Durante cuatro años mantuvo una relación de vaivén con Felice Bauer, iniciando el romance en 1913, la misma se mantenía gracias a una sería de correspondencia conformada por más de quinientas cartas y postales. Al ver que no reaccionó a su escrito titulado La metamorfosis, el escritor entró en un estado de profundo desconcierto. Sin embargo, en junio de 1913 presentó una solicitud matrimonial, la cual no se concretó; antes de la llegada del invierno de ese mismo año se dio lugar la primera separación de la pareja, producto de haber conocido a G.W la chica nombrada como “la suiza” en sus escritos privados, mientras estuvo en el hospital de Riva.
Luego de esta ruptura, Franz Kafka quiso movilizarse hacia la capital de Alemania, sin embargo no le fue permito movilizarse por su condición de salud y en plena I Guerra Mundial. Luego de transcurrida loa primera mitad del año 1914, redactó un anticipo de El proceso y la narración en la colonia penitenciaria.
Como consecuencia de los conflictos bélicos, tuvo que dirigir la fábrica familiar, ya que su cuñado esposo de Elli se vio obligado a integrarse en las fuerzas militares, por lo que su hermana también tuvo que trasladarse hasta la casa de la familia, en ese entonces el escritor tuvo que vivir en una habitación alquilada. Durante este tiempo y por aproximadamente año y medio no pudo realizar ningún escrito.
Ya melancólico por todo lo que estaba ocurriendo, buscó la manera de reestablecer su relación con Felice, recibiendo la ayuda de Grete Bloch. Junto a Felice procrearía su único hijo; en julio de 1917 dieron inicio al compromiso de boda, pero nuevamente el evento no se dio; cinco meses después se separaron de forma definitiva.
La noche del 12 de agosto sufrió un colapso en donde expulso por la boca sangre procedente del aparato respiratorio, confirmando así su enfermedad tuberculosis pulmonar. En su permanencia en Schlesen para ingresar a un hospital conoció Julie Wohryzek, con quien formó un compromiso matrimonial, sin embargo, la diferencia de estratos sociales entre Franz Kafka y su novia impidió que el padre del escritor aprobara la unión, eventualmente la relación se terminó en noviembre de 1919.
Antes de iniciar la primavera de 1920 realizó varios escritos característicos por sus parábolas y aforismos. Debido a su agravada salud durante los años 1921 y 1922 tuvo que internarse consecutivamente en sanatorios. En 1922 confirmo de forma epístola su relación con la escritora y periodista Milena Jesenskà, joven casada de procedencia Checoslovaca, con quien había compartido trato dos años atrás.
Entre 1920 y 1921 también había conocido a Robert Klopstock, mientras estuvo en el hospital de Matliary por casi un año, con quién formó una gran amistad hasta sus últimos días de vida; desde ese entonces hasta 1923 redactó doce escritos.
En julio de 1923 conoció a Dora Diamant, mientras se encontraba vacacionando en una colonia de judíos en Müritz cerca del Báltico, ella era una chica de veinticinco años, trabajaba como periodista y pertenecía a una familia practicante ortodoxa de la religión judía que había escapado de su poblado natal. Gracias a su esfuerzo, Dora pudo disuadir a Frank Kafka de viajar a Palestina en octubre de ese año.
Tiempo después se mudó a Berlín, con el objetivo de alejarse del dominio de su familia y prestar total atención a la escritura. En la capital alemana convivió con Dora, quien fue su compañera sentimental e influyó fuertemente en el interés surgido en Franz por el judaísmo. (ver artículo: Gabriel García Marquez)
En las fiestas navideñas de 1923, el escritor sufrió una fuerte pulmonía por lo que tuvo que mudarse nuevamente en marzo de 1924 al hogar de su familia en Praga. Al complicarse su estado de salud, se internó en el sanatorio Wiener Wald, lugar en el que se videnció que su laringe tuvo mayor afectación debido a la tuberculosis, lo que le producía un intenso dolor al intentar consumir alimentos, fue trasladado entonces a la clínica universitaria de la capital y, culminando de nuevo al hospital Dr. Hoffmann de Kierling, instituto en el que falleció el 3 de junio de 1924. Franz Kafka fue enterrado el 11 de junio en la sección judía Nuevo Cementerio de Praga-Žižkov.
Características
En sus anotaciones y cartas se perciben las constantes quejas de Franz Kafka acerca de los insomnios y jaquecas que padecía. Durante su vida mantuvo una dieta vegetariana y apoyaba fuertemente el naturalismo, según varios historiadores afirman que consumía leche no pasteurizada, por lo que pudo ser un desencadenante de la tuberculosis que lo aquejó desde 1917. No existe un convenio acerca de sus afectaciones mentales.
En sus diarios él escribe situaciones alucinantes sobre demonios, derrumbes, ataques, abandono, asecho, soledad y “angustiosas visiones sobre uno mismo”. El escritor era una persona atormentada y complicada, pero a su vez logró gozar la vida a su manera, con una pasión más allá de lo ordinario; en la actualidad lo definen como un paciente de trastorno esquizoide de la personalidad.
Los textos de Kafka salieron a la luz en contra de su voluntad, pues antes de fallecer le expreso a su amigo cercano Max Brod el deseo de que destruyera su obra luego de su deceso; a pesar de lo ordenado se hizo conocida su obra, la cual ha constituido hasta nuestros días la muestra de la cumbre literaria alemana, además de servir de gran influencia del siglo XX.
Los escritos de Franz Kafka iniciaron una época de grandes renovaciones dentro del género de las novelas europeas, dejando de lado el estilo realista para transformar sus narraciones en parábolas con gran contenido simbólico.
Su obra, completamente original y atesorada por ser significativa, vislumbra una preocupante existencia inmersa en lo absurdo de vivencias confusas o complicadas, dada a entender a través de sus personajes abandonados que se liberan de cualquier forma de control de un ambiente hostil, en el cual el ser humando se ve degradado, sometido y oprimido. (ver artículo: Adam Smith)
Obra de Franz Kafka
Dentro de los escritos más importantes de toda la obra kafkiana y que han tenido mayor influencia en la literatura contemporánea se encuentran:
La metamorfosis
Dentro de la atrapante historia de La metamorfosis de Franz Kafka, se encuentra Gregor Samsa quien es un viajante de negocios y quien sostiene de su familia económicamente, este se despierta un día no como un humano sino como una criatura cuyo exterior se asemejaba a un insecto; sin embargo se preocupa más por sus compromisos y obligaciones, además de la curiosidad de desenvolverse con su transformado cuerpo, que por su salud.
La familia está compuesta por su hermana Grete adolescente de 17 años, su padre de edad bastante avanzada y gordo y su madre quién atiende el hogar, también se presenta una sirvienta bastante mayor y con un toso sacrástico, todos se ven impresionados por la actitud de encierro que toma Gregor, el cual no sale de su habitación, principalmente por la ausencia de ingresos económicos a la casa si este no salía a trabajar.
Eventualmente el personaje recluido, abre la puerta de su cuarto, en presencia de su familia y por insistencia del supervisor del su trabajo, impactando y horrorizando a los presentes; a pesar de su nueva figura, el horror se va transformando en resignación. Por lo que, lo atienden con cierto esfuerzo sin acercarse demasiado a la creatura, únicamente la adolescente entra a la habitación de Gregor para darle de comer, a su vez que le quitó todos los muebles de su cuarto y le suministró le que creía necesario a su hermano ahora insecto. Pasado el tempo, la falta de comunicación con la familia hace que se adquiero en ellos la idea de su animalidad, a la vez que se sumieron en el abandono.(ver artículo: Francisco Pizarro)
Un día se atreve a salir de la habitación, y su padre le realiza una herida de gravedad. Para subsistir la familia concibe, que deben colocar en alquiler el cuarto de la criatura anteriormente humana, por lo que Gregor se convierte en un “asqueroso” y real inconveniente, en consecuencia es desamparado en su totalidad y muere por falta de alimentos y por la herida que le realizo el padre. Los familiares superaron de forma rápida el acontecimiento, se puede decir que hasta con un ápice de gratificación.
A manera de conclusión se puede inferir que Franz Kafka quiso transmitir un aire de angustia y dominación. Su escrito se interna en el existencialismo, expresionismo y surrealismo, reflejando en el mismo a un hombre y su sociedad, conformado por tres secciones en las que se combina lo real y lo fisticio. Es normal tratar de hallarle un sentido y un mensaje dentro de esta obra metafórica, que sea moralizador, que habitualmente se encuentra en aquel que está buscándolo.
Sin embargo de forma general, se puede decir que la metáfora que se percibe de esta exposición se basa en los problemas que encierra una sociedad. La transformación del hombre a una criatura artrópoda, rechazada por la sociedad y la actitud de desdén y abandono que asume el afecto por dicha exclusión. Otorgarle tanta importancia a las responsabilidades y a las labores más que a la salud, a la vida misma, atiende a la negación del ser, la induficiencia de la simple existencia, la poca sensibilidad de los sistemas burocráticos, la desesperación, el horror, la culpa, entre otros aspectos que le dan sentido al mensaje figurativo de la obra, aunado a la relación tóxica con el padre, por quien es despreciado.
La realidad es que todo el conjunto de la obra de Franz Kafka es un punto cumbre de lo clásico, al nivel que sirve como adjetivo, denominándose kafkiano a lo que se relacione con la angustia y con lo retorcido.
El proceso
El proceso es una novela no culminada de Franz Kafka, cuya publicación se realizó póstumamente en 1925 por Max Brod, apoyándose en el escrito inconcluso del escritor checo.
El personaje principal es Josef K., trabajador de un banco que amanece un día sin la usual visita de la cocinera, normalmente esta lo despierta con el desayuno; un poco extrañado por lo desacostumbrado ante la situación, por lo que se ocupa de llamar a su sirvienta, no obtiene ninguna respuesta. En lugar de la ama de llaves entra un hombre que Josef no conoce, vistiendo un traje negro, acuerpado y sin ánimos de contestar las interrogantes que suelta de forma tímida el personaje principal. (ver artículo: Edgar Allan Poe)
Todos los sucesos son visualizados por un vecino a través de una ventana que se encuentra frente a su hogar. El visitante vestido de negro camina en dirección a la habitación adyacente y le dice a otro hombre extraño para el protagonista, que este quiere que su ama de llaves le lleve la comida a la cama, lo cual genera una sonrisa en ambos desconocidos. Ofuscado, Josef K. se dirige hacia la sala, en donde estaba ve al otro hombre misterioso, vestido igual que el primero y que le recomienda redirigirse nuevamente a su habitación, comunicándole su detención sin explicarle el porqué de la misma.
El protagonista da inicio a una sensata defensa de sus derechos exaltando los abusos en los que estaban incurriendo aquellos extraños. Mientras tanto, entra la propietaria de la residencia que al darse de cuenta de lo que estaba pasando toma la decisión de irse con la misma premura con la que ingreso. Josef K, se convierte en mártir de un desconcierto cada vez más profundo; eleva entonces la voz, enseña du documentación y les exige la suya a los custodios de negro, estos únicamente le responden groseramente y le dicen que son subordinados que solo se enfocan en culminar la misión que se les encomendó, sin saber la causa del trabajo. En consecuencia les solicita comunicarse con su superior la cual le es negada.
Sobrecogido por la venia gritada de uno de los extraño, se le da la información que se ha apersonado el supervisor de los agentes de la ley; le advierten que la única manera de presentarse ante él le tienen que colocar un saco negro, Josef responde ofuscado y resignado. La sala se convierte en un cuarto de interrogatorios, en donde se encuentra tanto el supervisor como los guardianes, además visualiza a tres personas más. Se realiza un intercambio de preguntas y respuestas tanto del supervisor como del protagonista, nadie muestra una identificación ni dice las causas de la detención, ya que todos cumplen ciegamente las órdenes de un superior, sin interesarse mucho por lo justo o no de sus acciones.
El vecino que observa lo acontecido desde enfrente es acompañado por otro anciano y un hombre de contextura gruesa.
El supervisor pone fin a la visita, el objetivo fue logrado tras darle a conocer la medida de detención en su contra, únicamente.
Justo antes de irse le indica a Josef K. que tiene la posibilidad de dirigirse al baño e ir al trabajo, en tanto Josef revela que las tres personas situadas en la sala además de los vigilantes y el supervisor, cumplen labores en institución bancaria en que él trabaja, a quienes no había podido reconocer con anterioridad. En compañía de los tres empleados se dirige al trabajo; de regreso a casa le informa a su casera y una vecina acerca de la eventualidad ocurrida. En seguida es citado ante un juicio, camino a este logra observa en varias ocasiones a los tres trabajadores del banco que presenciaron el interrogatorio realizado en su sala.
El sitio de la citación está inmerso en el surrealismo: unas casas de puertas abiertas y con niños jugueteando por todo el lugar, sin ningún tipo de señalización que le den una indicación de hacia dónde debe dirigirse. Improvisa un nombre falso con la intención de conocer el lugar, hasta que en uno de los lugares lo convidan a ingresar, hecho que lo deja asombrado. Tras transcurrir por largos pasillos repletos de personas extravagantes, se afronta ante un tribunal con un hombre obeso, quien le dice que llego tarde a la cita. La instrucción se lleva a cabo de la misma manera absurda que todo lo anterior.
Toda la historia es una consecución de situaciones increíbles y siniestras que cubren al personaje principal; van desde encontrar a los desconocidos de negro flagelándose debido a las quejas recibidas por él en el juicio, la visita de un familiar lejano, hasta la inesperada presencia de un abogado que viene a representarlo, sin él saber de quién se trata.
Luego al finalizar un día arriban a su casa dos sujetos en su búsqueda, Josef K. ofrece algo de resistencia; sin embargo estos lo asesinan clavándole un cuchillo en el corazón, poniéndole fin al suceso. La recapitulación de una sucesión de malos entendidos enmarcados en una maquinaria funesta, que por equivocación termina consumiendo la vida de una persona, una de muchas otras.
Analizando El proceso, es posible inferir que Franz Kafka al conocer la burocracia en primer plano, puesto que trabaja dentro de los procesos legales al realizar labores para el gobierno y formarse en el área, realiza una descripción de la realidad que se evidencia sobre todo en gobiernos absolutistas.
La obra fue redactada, en la misma época de La metamorfosis y La condena, mientras transcurría la época de la Gran Guerra; en el texto se evidencia la manera en que se deshumaniza y despersonaliza el hombre, para convertirse en una cifra, en estadística, abstrayéndolo de sus rasgos esenciales. Figurativamente da a entender la sunción de la responsabilidad por parte de una persona sin culpas que perece ante la persecución del sistema.
El escritor checo Franz Kafka, realiza una proclama partiendo de lo inverosímil: tanto en La metamorfosis como en esta obra, los protagonistas amanecen con otra realidad, en donde cambian sus vidas hasta llegar a un trágico fin.
El castillo
El castillo es una novela de Franz Kafka publicada de forma póstuma en 1926, escrito que no terminó y que inició dos años antes de su fallecimiento.
En la obra el personaje principal, nombrado K., quiere a como dé lugar ingresar a las autoridades, caracterizadas por un aire de misterio, en un castillo que dirige al pueblo, al cual el protagonista ha llegado para laborar como geómetra. De forma generalizada, el escrito kafkiano se basa en la alienación del hombre, los procesos burocráticos y la frustración, que parece nunca terminar al intentar ser parte del sistema.
Franz Kafka inició la redacción de la obra el 27 de enero de 1922, mientras se recuperaba de una crisis nerviosa grave, seis meses después su amigo Max Brod luego de haber leído la novela, lo insta a terminarla, hecho que no realizó.
El argumento de la obra lo define el contexto oscuro y situaciones surrealistas que aparecen de vez en cuando, en sus intentos por ingresar al castillo el agrimensor K. es contratado por los propietarios con la intención de que preste sus servicios para la realización de un trabajo, sin tener idea de que se trata K. se residencia en un poblado adyacente, esperando para poder contactarse con sus patrones, en el lugar existe un microcosmo con leyes y comportamientos incomprensibles para el personaje.
En el transcurso de la historia uno puede entender al agrimensor, puesto que en este microcosmo gobierna lo irracional; una labor psicológica de desesperación que intenta llevarnos a la realidad de los tiempos en que fue elaborada la obra; en el cual una persona no puede hacer nada, mucho menos uno que no se conoce y que es impopular, ante un sistema que a pesar de haber sido construido por el hombre, no posee nada de humanidad,
En la sinopsis del libro escrita por Max Bond y firmada en octubre de 1957, ofrece una explicación entre esta obra y El proceso, ambas novelas inconclusas de Franz Kafka, cuya temática es muy parecida; sin embargo mientras en El proceso el personaje principal, trata de escapar de los funcionarios y de una maquinaria burocrática, en El castillo el personaje K. contrariamente persigue su inserción en la misma, sin embargo la similitud se le otorga al hecho de que ambos personajes son oprimidos y nunca pueden lograr la meta.
América
América forma parte de las novelas inconclusas de Kafka, inició su redacción en 1911 y sigue trabajando en ella hasta el año siguiente cuando la deja de lado, fue publicada de forma póstuma en 1927.
En la novela se relatan las vivencias de Karl Rossmann, un joven adolescente de 16 años que por pauta de sus padres debe viajar a América, por haber mantenido relaciones con la sirvienta.
Ya estando en el barco, establece una gran y profunda amistad con el fogonero, tanto así que al momento de despedirse no puede evitar caer en llanto. Sin embargo, este hecho también da a entender, desde el principio del relato, una inescrutable ausencia de afecto en Karl.
Prontamente aparece un tío residenciado en Nueva York, que lo llevará a un entorne más amigable, ocupándose también por los estudios del joven. No obstante la buena racha de Karl, no dura mucho, pues debido a un suceso poco claro, el trato del tío cambia radicalmente, deshaciéndose de él sin una causa aparente. Con este hecho, se establece de una vez a la novela la sensación de desconcierto, particular en las obras kafkianas.
De una página a la otra, se convierte toda aquella amabilidad en una encrucijada de escenarios nada comprensibles y complicados. Bien sea por los extraños comportamientos que van surgiendo en los personajes, como el entorno asfixiante en el que se desenvuelven, conllevan al muchacho de forma imprevista a un nuevo estilo de vida en el cual deberá iniciar desde cero, y por lo cual conocerá aquellas tierras en sus diferentes estratos.
A pesar de ello, insistirá en encontrar su propio camino; demostrado así cuando consigue un trabajo como ascensorista, que en su efecto parece ser un empleo bastante monótono y un poco enclaustrado, Karl halla la manera de entretenerse, bien sea por el trato con los demás jóvenes o por su amistad con Therese, quién es otro ser rechazado y marginado, reflejo de las dificultades que tenían que superar los inmigrantes de aquellos tiempos.
De igual manera los bandidos que siguen al personaje principal a lo largo de casi toda la historia, llamados Delamarche y Robinson, son unos personajes que realmente no viven su vida y que están destinados a pasar por los indeseable debido a su desanimo por su existencia y por la invalidez para ocuparse de sí mismos.
Sin embargo en este relato, el verdadero mártir es Karl Rossmann, un joven que edifica sus ideas de manera increíble, pero que a pesar de todos sus esfuerzos nunca las cosas le salen bien. Es inverosímil la manera que Kafka relata los sucesos de un joven que no puede encontrar una forma de escapar y que, a su vez, se percibe incapaz de solventar las desventuras que se le presentan. Se logra capturar la ansiedad del lector pues, pareciese que ningún es fuerzo es válido al intentar superar las continuas vicisitudes del joven, que pareciesen interminables. Aun así, el escritor checo logró de manera inaudita que todos estos catastróficos acontecimientos fuesen escritos de tal modo que el que el público no sienta la necesidad de esbozar aunque sea un lagrima, de hecho existen escenas de humos y e diversión.
El último capítulo es tan desconcertante como todo el libro en sí, en este aparece que el protagonista, es contratado para laborar en el Gran Teatro, en el cual aparentemente aceptaban a todo aquel que pidiera ingresar, dice el escritor “Karl emprende un viaje hacia la incertidumbre, hacia lo ilusorio” y escasamente prometedor; sin embargo, este final añade un toque de esperanza inaudita, así lo estableció el buen amigo de Franz Kafka, Max Brod, teniendo como fundamentos algunas insinuaciones que le dio a entender Franz Kafka de forma verbal.
Ante la ley
Ante la ley fue publicada por Franz Kafka, la primera edición fue en 1915 y luego en 1919, formando parte de la colección “Un doctor de campo”, la misma es una parábola de la novela El proceso, publicada en 1925 póstumamente.
Ante La ley es un cuento de Kafka en el cual se logran percibir dos aspectos principales, los cuales son, la culpa y la exploración de la rendición, sin embargo es al primero en el cual se desarrolla todo el cuento. La culpa se ve reflejada en la aspiración de ser aceptados para limpiar un pecado que nos perturba, en el caso del relato es presentarse ante una “Ley” que nos exima; mas el hecho de querer ser aceptados requiere de una súplica. Se percibe en el relato, que la rendición vendrá a nosotros en tanto ingresemos en las directrices de las leyes creadas por el humano y deshacernos entonces del peso que llevamos encima.
El personaje principal de este cuento afronta la realidad de la imploración y la frustración, al no poder conseguir lo que desea con el uso de la súplica, metafóricamente Franz Kafka se refiere a “entrar al castillo”, como la explicación ante un jurado absurdo, es decir la entrada a la Ley, ya que el campesino reflexiona sobre esta, afirmando que todos deberíamos tener acceso a ella, sin embargo, en su caso no es de esta manera, así este suplique cuanto quiero.
La ley, a través de sus vigilantes le es negado el ingreso, la misma se ve reflejada como una sucesión de custodios cuyos aspectos proporcionan temor, dificultades que el campesino no supera por lo cual se resigna y espera. Se infiere que el protagonista tiene poca importancia frente al Derecho, sus fallas no son perdonadas, a menos por los momentos.
Existen diversas interpretaciones de este relato, la metáfora bien podría referirse a las vivencias que tuvo Kafka al relacionarse con los distintos ámbitos del Derecho social, de la actuación de la ley que percibió cuando trabajó para las instituciones tanto privadas como gubernamentales. Por lo que es posible describir, según lo narrado, que el Derecho se presenta ante el hombre como algo inalcanzable, casi ilógico, que va acompañado de una infinidad de obstáculos.
La condena
La condena subtitulada “Una historia para Felice E.”. Representa el primer relato de Franz Kafka y entra en el género de novela corta, lo redacto entre el 22 y el 23 de septiembre de 1912, y fue publicado en 1913.
El relato se desarrolla con Georg Bendemann, primogénito de comerciantes, quien se encuentra enamorado y comprometido. Redacta una carta para su desdichado amigo en San Petersburgo. Con la intención de ser más agradable, no coloca en la redacción detalles acerca de su fructífera vida; luego de pensarlo por un buen rato y de contarlo lo afortunado que era por hacer encontrado a su amada, decide contarle de su compromiso y futura boda. Georg de se dirige hacia donde está el padre con la carta, encuentro que termina en discusión.
En medio del álgido choque entre hijo y padre, Georg se entera de que su padre ha mantenido contacto con el amigo al cual va dirigida la carta y que éste ya sabe lo que está aconteciendo en su vida. El padre le reprocha sobre la gerencia de la tienda y la elección que hizo de su prometida. Este termina de discutir espetando “Yo te condeno a morir ahogado”. Enseguida Georg sale rápidamente de la residencia, y se dirge al río, balanceándose encima de la baranda dice “Pero queridos padres, yo os he amado” y se deja caer al agua.
El padre le muestra sus reproches sobre la gerencia de la tienda y sobre la elección de su prometida. Él termina la discusión con las palabras: «Yo te condeno a morir ahogado». El hijo sale corriendo de la casa, donde estaba el río, se balanceó sobre la barandilla diciendo: «Pero queridos padres, yo siempre os he amado» y se dejó caer.
El punto de vista narrativo se hace desde los pensamientos del hijo, y no del progenitor. Éste únicamente muestra sus críticas, llenas de cinismo y amenazas, que tanto al protagonista como al lector les parecen incoherentes e inentendibles. Finalmente se muestra la forma en la que Georg percibió el mensaje; la perspectiva anónima del escritor hacia el personaje entra en el objetivismo y el realismo. La decisión de Georg de dejarse caer de un puente, finalizando el relato, nos da a entender el dinamismo de ese episodio psicológico; relacionando así la percepción de vivir en una gran urbe con la abstracción de los rápidos aconteceres y la angustia de los personajes.
Cartas a Milena
Cartas a Milena corresponde a la agrupación de cartas que envío Franz Kafka a Milena Jesenská, entre 1920 y 1922. Milena vivía en Viena cuando aún se encontraba bajo las contrariedades del agonizante imperio de los Habsburgos y quién ejecutó la traducción de sus primeros relatos a la lengua checa. Su familia era de Praga y pertenecía a la clase alta, además era la esposa de un intelectual bohemio; las cartas del abogado y escritor checo con esta mujer de gran actitud y altamente culturizada dan a conocer la transformación de una amistad fundada en conocimientos literarios a una relación sentimental bastante intensa, a su vez devela lo sensible e íntimamente emocional que era Kafka.
Las primeras correspondencias que le dirige Franz a Milena, cabe destacar que son la únicas que se publicaron puesta que las dirigidas de Milena hacia él nunca se encontraron, continúan la pauta de las cartas con Felice Bauer, acerca un corto encuentro, el escritor redacta de forma extensa e íntima, lo que produce cierto desconcierto y atracción en sus corresponsales, le muestra a la mujer su agitada pero dominada subjetividad, realiza fantasías y escrutinios sobre los pequeños movimientos que registra su escritura. Por su lado Milena, se enganchó de forma inmediata a sus escritos epistolares. Prontamente le confió sus penas, los fatales acontecimientos que vivía, al no tener dinero, alimentarse de té y frutas, sus pulmones convalecientes y no tener idea de lo que quiere realmente en su vida.
Desde ese momento, las cartas comienzan a subir la intensidad, apartándose de la tonalidad de la escritura que le mostraba a Felice, con quien tuvo su primera relación amorosa. A Felice prácticamente tenía que exigirle para que le expresase algo de veracidad que Franz siempre pedía en toda clase de comunicación, en tanto que Milena era tan sensible como Kafka. Dos cómplices, más que todo por el acceso que logra en Kafka ya que sabía cómo hacerlo, puesto que lo ha traducido y eso lo dio la delantera para ganar su confianza.
Diarios de Franz Kafka
Diarios de Kafka, es la aglomeración de las escrituras de Franz Kafka desde 1920 hasta 1923, las cuales ocupan doce cuadernos y que contienen reflexiones de su vida y de la literatura, opiniones que tenía de sus amistades y sobre el sexo; escribió frases poco comprensibles y relatos completos.
Hasta el momento la ediciones que hay en castellano de la obra están basadas en la que realizo su gran amigo Max Brod en 1950. En dicha edición se excluyeron escenas, inclusive hasta relatos completos; algunos nombres de amistades, allegados y novias, de los cuales únicamente dejo las iniciales. Dicha edición, que causo la atención de la crítica en aquel entonces, actualmente se encuentra obsoleta.
Esto último se debe a la publicación de la nueva edición que realizó Galaxia Gutenberg, editorial que está bajo la dirección del profesor de educación superior de la Universidad Barcelona, Jordi Llovet. La misma está basada en la edición crítica titulada en alemán como Kritische Ausgabe, la cual salió a la luz en 1928 gracias a la empresa editora radicada en Alemania S. Fischer, la cal ha sido considerada adecuada y determinante.
Dicho volumen contiene los diarios traducidos cabalmente al español, y también Diarios de viaje y Carta al padre, añadiendo de esta manera un diez por ciento de material inédito, como así lo reflejan los dibujos mostrados y que representaron para el escritor una vocación frustrada; de esta forma se dio la oportunidad de tener una mejor concepción de Franz Kafka, conformando uno de los textos más emblemáticos de la literatura contemporánea.
En la colonia Penitenciaria
En Colonia Penitenciaria es una novela corta representativa de la obra de Fran Kafka, redactada por el autor en 1914 y revisada en noviembre de 1918, la primera publicación se realizó un año después.
La historia se desarrolla en una colonia penitenciaria cuyo nombre se desconoce; la narrativa de la obra es característica de las obras kafkianas, la misma transcurrir indiferente hacia los sucesos a los que normalmente uno reacciona con terror o angustia. En la novela, el escritor realiza la descripción detallada del último uso de una cuidadosa máquina de tortura y ejecución, la cual talla la sentencia del convicto en su piel para dejarlo fallecer lentamente, en un lapso de doce horas. Mientras se va a avanzando en la lectura, se aprende cada vez más acerca del aparato, desde su origen hasta la intención principal.
La novela de Franz Kafka es una advertencia, mediante la ficción, alerta a la sociedad sobre la importancia que tiene la preservación de los basamentos del derecho, es decir, no hay justicia sin leyes.
Sin la justicia, el ser humano se despersonaliza y se convierte en masa; en ese proceso de transformación sus derechos, aquellos que deben considerarse en todo escenario concreto, se generalizan. De esta manera, no importa el delito que se haya cometido la condena será igual para todos. En el caso de la obra, toda falla tiene una misma sentencia, la condena a muerte.
Franz Kafka nos muestra, que la ausencia de un sistema justo nos lleva a un mundo inhumano, destruyendo así la cultura y del ser.
En la obra, el custodio que maneja la página al mismo tiempo que funge como verdugo y juez; por su parte el convicto no conoce la causa por la cual recibe la sentencia y el tipo de castigo, tampoco tiene derecho a una defensa. El sentenciado sabe el castigo cuando la maquinaria comienza a torturarlo mediante las incisiones en su espalda.
Sin embargo, es muy tarde una vez inicia el proceso de tortura, ya que el aparato se encuentra programado con una una cantidad de añadiduras en forma de símbolos y letras, las cuales actúan sobra la piel del cuerpo de la víctima durante doce horas sin interrupción. Tiempo suficiente para que el sentenciado sufra lo que debe por sus fallas y así muera depurado.
En este caso la justicia viene a manos del artefacto, en el que el cuerpo se mutila, humilla y degrada por un conjunto de dispositivos filosos que le perfora continuamente la piel hasta su deceso. El contexto de la historia data de 1914 meses después de iniciada la I Guerra Mundial
Carta al padre
Es el nombre por el cual se conoce la carta que Franz Kafka le escribió a su progenitor Hermann, la misma la realizó en 1919, y fue publicada de forma póstuma en 1952.
Está conformada por 103 páginas manuscritas, en su contenido el escritor critica la conducta emocional de prepotencia, abuso e hipócrita que tuvo hacia su persona. En el texto se muestra la importancia y la influencia de esta relación un poco traumática en la vida de Kafka, y que representa un aspecto fundamental para tratar de comprender lo que ocurría en su mente. La carta nunca llego a manos de su padre, a pesar que Franz siempre tuvo la intención de entregársela.
Frases de Kafka
“A partir de cierto punto no hay retorno. Ese es el punto que hay que alcanzar”.
“La desgracia de Don Quijote no es su fantasía, sino Sancho Panza”. (Cuadernos en Octava)
“El progreso se evapora y deja atrás una estela de burocracia”.
“En tu lucha contra el resto del mundo te aconsejo que te pongas del lado del resto del mundo”.
“La literatura es siempre una expedición a la verdad”
“El gesto de amargura del hombre es, con frecuencia, sólo el petrificado azoramiento de un niño”.
«Creer significa liberar en sí mismo lo indestructible o mejor: liberarse o mejor aún: ser indestructible o mejor aún: ser”.
“El hueco que la obra genial ha producido a nuestro alrededor es un buen lugar para encender nuestra pequeña luz. De allí la inspiración que irradian los genios, la inspiración universal que no sólo nos impulsa a la imitación”.
«Lo cotidiano en sí mismo es ya maravilloso. Yo no hago más que consignarlo”.
«Si el libro que leemos no nos despierta de un puñetazo en el cráneo, ¿para qué leerlo?… Un libro tiene que ser un hacha que rompa el mar de hielo que llevamos dentro.”
«Todos los errores humanos son fruto de la impaciencia, interrupción prematura de un proceso ordenado, obstáculo artificial levantado alrededor de una realidad artificial”.